Narrativas pedagógicas


Al momento de entrar en contacto y explorar el documento Docentes, narrativas e indagación pedagógica del mundo escolar de Daniel Suárez me permitió comenzar a andar un recorrido sobre repensar y reflexionar sobre mi práctica docente.

Tomando como eje troncal la concepción de los autores Hunter McEwan y Kieran consideran que “(…) dado que la función de las narrativas consiste en hacer inteligibles nuestras acciones para nosotros mismos y para los otros, el discurso narrativo es fundamental en nuestros esfuerzos de comprender la enseñanza y el aprendizaje (…)” el autor propone a través de esta manera una estrategia metodológica de investigación – formación – acción – docente para plasmar los relatos sobres las prácticas docentes y las interpretaciones del mundo escolar sean plasmadas en lo escrito.

La documentación narrativa contribuye una modalidad de trabajo pedagógico interrelacionado entre colegas fomentando un tarea colaborativa donde se orientan y buscan nuevas formas de nombras términos pedagógicos “lo que sucede” en los espacios escolares “lo que les sucede” a ellos como actores educativos cuando los transitan. Así es como la indagación narrativa pedagógica tiene como intencionalidad la  transformación democrática  de  la  escuela,  del  saber  pedagógico  y  de  las  prácticas  docentes  se fundamenta,  justamente,  en  el  proyecto  de  elaborar  un  nuevo  lenguaje  para  la pedagogía junto a nuevas  interpretaciones  críticas  sobre  la  escuela,  sus  actores  y relaciones  didácticas. Por eso para lograrlo busca recrear el saber y las palabras que utilizan los educadores para darle sentido a sus prácticas de enseñanza.

Para confeccionar los relatos narrativos es necesario que sean concisos, claros y coherentes a fin de facilitar la compresión de los lectores junto con la inclusión de otros documentos utilizados y generados constituirá la historia de la experiencia. Así como también pensar una denominación significativa que  bauticé con nombre propio, apropiarnos de ella, hacerla nuestra y dotarla de su concreción y nuestra singularidad.

De ahí la importancia de una estructura coherente en las narraciones donde se pueda lograr que los lectores comprendan las ideas pedagógicas expuestas. El orden secuencial para realizar los relatos pueden ser:

❖      Gestionar la experiencia: exponer la idea que propició tal práctica y la reflexión de por qué fue esa idea y no otra.

❖      Planificación de la experiencia: explicitar los pasos planificados especificando las dificultades iniciales y la forma en que fueron superadas. Señalar como se logró el consenso entre los docentes para llevar a cabo la iniciativa. También se busca un lenguaje común entre los docentes, con la institución educativa y con los estudiantes (por ejemplo ante estos últimos señalar  si  se  realizó  ante  ellos  una  exposición  previa  de  lo que  se  iba  a  realizar,  si  pudieron  intervenir con  sus  opiniones,  si  demostraron  interés  o  indiferencia). Considerar el consenso  nos  lleva  a  la  identificación  de  los  objetivos  de  la  experiencia.  Puede  que  en  este  sentido  se reabriese  el  debate  con  el  dilema  entre  lo  posible  y  lo  deseable.  Por  tanto,  hemos  de  relatar  cómo conseguimos  delimitar  los  objetivos  que  podíamos  alcanzar  con  los  medios  disponibles. Finalmente  destacar  la  filosofía  del  proyecto,  cómo  logramos  que  se  comprendiera  el  proyecto, estableciendo  un  programa  de  trabajo  real,  un  reparto  equitativo  y  apropiado  de  las  tareas  y  un compromiso  de  realización  de  las  mismas. Algunas preguntas que orienten el relato pueden ser: Preguntas  que  pueden  orientar  el relato:   En qué consiste  la experiencia?   ¿Cuáles son  los  problemas que  aborda?   ¿Qué objetivos la orientan?   ¿A qué iniciativas responde?   ¿Quiénes participan  y en  qué  carácter?   ¿Quiénes son  los  destinatarios?   ¿A través de  qué  procesos  y  actividades se  ha desarrollado?   ¿En qué tiempos y espacios se  desarrolla la experiencia?

❖      La puesta en  práctica de  la  experiencia: es  la  parte  más  importante  del  relato ya que, constituye  la  materialización  de  un  anhelo.  Una vez  realizada  la  experiencia  debemos  recordarla  paso  a  paso;  tratando  de  no  olvidar  nada  de  lo  que aconteció,  lo  que  puede  hacernos  exceder  en  la  extensión  de  la  narración.  Es  fundamental  ser  concretos y  no  olvidar  centrarnos  en  lo  que  fue  relevante. No    eludir  las  dificultades  de  la  puesta  en  marcha,  ya  que  suele  ser  de  gran  interés  para  los  demás  saber el  modo  en  el  que  se  han  superado  los  obstáculos  iniciales,  los  inesperados,  o  los  que  surgieron  a  lo largo  del proyecto. El  punto  a  destacar  es,  sin  duda,  el  relativo  a  los  aspectos  pedagógicos  que  se  aplicaron;  son  estos aspectos  los  que  deben  ser  relatados  con  profundidad,  a  fin  de  facilitar  la  comprensión  de  la experiencia.

❖      Los resultados  y  los  logros  obtenidos: en  primer  lugar  se  debe  de  valorar  el  grado  de  consecución  de  los  objetivos  propuestos.  Es  posible  que se  hayan  cumplido  sólo  parcialmente,  pero  también  lo  es  que  hayamos  logrado  otros  que  no  habíamos previsto.  Es  necesario  hacer  mención  de  todo  tipo  de  resultados. Es  importante considerar: mejoras de  los  estudiantes  que  intervinieron  en  la  experiencia; mejoras de  los  docentes; mejoras en  la institución; mejoras en  la comunidad  educativa  

❖      La importancia  de   realizar  la  experiencia  (evaluación): identificar  aquello  que  ahora  nos  resulte  más  importante  de  la  experiencia,  así  como  señalar  las sugerencias  que  permitirán  mejorarla,  tratando  de  indicar  lo  que  cambiaríamos  si  comenzáramos  de nuevo. Estos  son  los  llamados  puntos  de  mejora,  es  decir,  que  pueden  señalarse  tanto  en  la  planificación  (lo que  no  tuvimos  en  cuenta  o  lo  que  no  fue  realista),  como  en  el  desarrollo  o  incluso  en  la documentación.

Por último estimo lo muy provechoso que resulta en la cotidianidad docente abrir espacios que inviten a reflexionar sobre sus prácticas pedagógicas mediante la narración de la experiencia generando la construcción social de la identidad personal y profesional. El relato constituye, conforma y vuelve a recrear la experiencia educativa donde se abrir espacios y canales de circulación de la palabra, de pensamientos e ideas de quienes son parte del gran entramado escolar.



Bibliografía consultada

Maine, C. La narrativa como estrategia de documentación y socialización de experiencias y saberes pedagógicos. Ministerio de Educación de Córdoba.

Suárez, D. Docentes, narrativas e indagación pedagógica del mundo escolar: Hacia  otra  política  de  conocimiento  para  la  formación  docente  y  la transformación  democrática  de  la  escuela. E- Ecleston. Formación Docente. Año 3 – Número 7. ISPEI “Sara C. Eccleston”. DGES. Ministerio de Educación. GCBA

MFVM ~

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